La bicicleta de Antonio
Por Manuel Arboccó de los Heros
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Imagen tomada de: https://www.google.com/search?biw=1536&bih=736&tbm=isch&sa=1&ei=QSw1XN_aB6Os_QbSoJTwBA&q=PELICULA+ITALIANA+LADRON+DE+BICICLETAS&oq=PELICULA+ITALIANA+LADRON+DE+BICICLETAS&gs_l=img.3..35i39.19629.19629..21759...0.0..0.415.415.4-1......1....1..gws-wiz-img.o6Sk15ZigQM#imgrc=thtpWI1jFVBGcM:
“Ladrón de bicicletas” es una película italiana de 1948 dirigida por Vittorio de Sica. Trata la historia de Antonio, un padre de familia, desempleado, que encuentra un trabajo pegando carteles en las paredes. Carteles de un mundo distinto al suyo, carteles de Rita Hayworth y la belleza y la exuberancia del cine de Hollywood. Recordemos que en esa época (post segunda guerra) Europa no anda bien y la pobreza y la desesperación eran muy comunes.
Junto a su menor hijo, Bruno, sale de casa todos los días, pero una mañana un muchacho le roba su bicicleta y Antonio no volverá a encontrarla, sin esa bicicleta pierde el trabajo y el futuro se vuelve aún más incierto. Decide luego robar también él una bicicleta estacionada a la salida de un estadio de fútbol, siendo arrestado, zarandeado, ofendido y maltratado ante los ojos angustiados de Bruno, para luego ser liberado y volver de regreso a casa, ante la esposa que espera.
Esta película, del neorrealismo italiano, nos habla de la derrota, la injusticia, la desesperación, la pobreza y la moral. La mala suerte del desafortunado que tras tener que luchar contra el desempleo y la escasez, ve como se le despoja de su medio de trabajo (el trabajo es una forma de avanzar tal como la bicicleta) ante la pasividad de la policía y la justicia de su pueblo. Esa policía no ayuda como debiera, una analogía del desamparo paterno ante una sociedad que sigue dando vueltas sin mayores posibilidades.
Una escena nos muestra una casa de empeño, donde la gente ya no ofrece joyas o materiales valiosísimos, sino sábanas. Una sábana, la segunda piel, representa lo más personal, lo íntimo y secreto, ahora despojado y dejado –junto a decenas de otros juegos de sábanas de personas en las mismas condiciones- (pues la crisis es general) a cambio de unas liras (aún no existían los euros) para pagar deudas y comer. En el caso de Antonio y de su esposa, la noble María, emplean parte de ese dinero para recuperar su bicicleta que había sido también dada en empeño días antes. Los rostros contentos de ambos al conseguir ese poco de dinero reflejan lo crucial que es poder contar con los recursos para satisfacer las necesidades básicas, las mismas que al no estar medianamente cubiertas amenazan el buen funcionamiento mental de cualquier persona.
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Imagen tomada de: https://www.google.com/search?biw=1536&bih=736&tbm=isch&sa=1&ei=FSw1XOauFKW9ggfLl5XIBg&q=ESCENAS+DE+LA+PELICULA+ITALIANA+LADRON+DE+BICICLETAS&oq=ESCENAS+DE+LA+PELICULA+ITALIANA+LADRON+DE+BICICLETAS&gs_l=img.3...39206.41381..41630...0.0..0.0.0.......1....1..gws-wiz-img.erNzvuz6DT0#imgrc=yZPqTbi6p5I99M:
Antonio sufre pensando en la posibilidad de robar él también una bicicleta para poder mantener su empleo, y sufre porque es un ser consciente y moral. Pudo justificar su actuar o simplemente “anestesiarse moralmente” como muchos hoy lo hacen y robar sin titubeos y de forma más avezada aquella bicicleta, pero él duda, da vueltas, manda lejos a su hijo para que no lo vea, siente vergüenza, en una palabra, es un ser ético. Finalmente decide, desesperado, robar la bicicleta, pero sin mayor fortuna, pues él no es un ladrón (¿será que alguien naturalmente lo es?). Lo cogen ciudadanos de a pie y le hacen una carga montón. Será luego otro policía, el que se percate de la situación de este hombre, lo ve hambriento, mal vestido, cansado, y con su hijo, y lo dejará libre pues ya tiene suficientes problemas. Es un policía con criterio y con empatía. Aspectos tan o más importantes que la sola ley o norma.
Silvio Rodríguez, nos pregunta desde su “Playa Girón”, lo siguiente “si alguien roba comida y después da la vida, ¿qué hacer? ¿hasta dónde debemos, practicas las verdades?” Así, esta película nos invita a que revisemos conceptos como lo bueno y lo malo, criterios que son mucho más fáciles de definir cuando no estamos ante situaciones límites como el protagonista de esta historia. Cabe también otra pregunta, ¿qué llevó al primer sujeto a robarle la bicicleta a Antonio? ¿habrá sido también el hambre, la necesidad, la desesperación?
Hacia el final, vemos al lado de Antonio a su hijo, que ve al padre robar y ser luego recriminado y golpeado. Bruno recoge el sombrero de su padre, símbolo masculino alguna vez de cierto status, y se lo devuelve con una mirada de miedo, pero también de afecto. La escena final nos muestra las manos de Bruno y de su padre que se unen para regresar a casa en medio de una muchedumbre que sigue su camino, un camino incierto y de mucho sacrificio.
Recomendamos ver, o volver a ver esta película clásica, y luego pensar en la vigencia que tiene una historia así en este mundo actual.
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