APUNTES SOBRE EL EXTRANJERO DE CAMUS
- Manuel Arboccó de los Heros

- 29 nov
- 3 Min. de lectura
Por Manuel Arboccó de los Heros
Psicoterapeuta, escritor y docente universitario
El inicio de la novela es conmovedor y sorprendente: “Hoy ha muerto mamá. O quizá ayer. No lo sé”. Para todas las psicologías (todos los enfoques psicológicos), la madre es una figura imprescindible en la formación de la mente humana y por ende en la estructura de toda personalidad. Del tipo de vínculo temprano (apego) con la madre, se sentarán las bases de una infancia segura y con autoconfianza o, por el contrario, una desconfiada y ansiosa. Este inicio puede querer mostrar la característica transgresora del personaje, el Sr. Meursault, una suerte de ir en contra de un tabú, ese que indica que la madre es lo más sagrado en la vida de todo individuo. Para el personaje de Camus parece que eso no ocurre.

Imagen tomada de la web.
En la obra, Albert Camus lanza una cita propia de un psicoanalista freudiano: …“Sin duda quería mucho a mamá, pero eso no quería decir nada. Todos los seres normales habían deseado más o menos la muerte de aquellos a quienes amaban”. Esto es muy cierto, aunque funciona a niveles inconscientes Fue el genial Freud quien nos presentó al niño(a) como nunca antes se había querido ver, un sujeto (aunque pequeño) pero propenso a las más bajas intenciones y deseos egoístas y destructivos. Suele vivirse en casa -junto a las mejores experiencias vitales así como sentimientos elevados y altruistas- también los más fuertes celos, envidias y deseos de venganza y daño; experiencias afectivas que sólo luego, años más tarde, cuando uno ya tiene la capacidad de pensar retrospectivamente y de albergar mayor lucidez se nos permite mirar en nuestro propio infierno –el inconsciente-, y advertir de su existencia.
Apreciación clínica: el Sr. Meursault se presenta como un hombre marcadamente esquizoide. Los sujetos con esta personalidad suelen mostrar gran distanciamiento en las relaciones sociales y una restricción significativa en la expresión emocional, asimismo son solitarios por lo que casi siempre escogen actividades que no requieran interacción con otras personas; y parecen indiferentes a formar parte de una familia o grupo social. Leemos como el personaje indica: …”hubiese querido tratar de explicarle cordialmente, casi con cariño, que nunca había podido sentir verdadero pesar por cosa alguna”. Meursault es un hombre indiferente ante la vida misma, vida que considera generalmente absurda (“todo el mundo sabe que la vida no vale la pena ser vivida”; “desde que uno debe morir, es evidente que no importa cómo ni cuándo”). En ese sentido haber asesinado para él fue algo que no lo comprometió emocionalmente. No creo que sea necesariamente un monstruo, no muestra una tendencia sanguinaria a dañar, razón por la cual no es un psicópata, es más bien un ser apático, indiferente, escéptico cuando no nihilista, nada tiene la suficiente importancia para él. Ni siquiera su propia defensa que podría evitarle la pena capital. En la obra también se desliza el papel de un sistema legal que parece hecho para una actuación circense, donde los abogados y sus leguleyadas tergiversan la ya subjetiva apreciación de la realidad presente en cada una de las partes en disputa. La retórica postiza orientada no a la búsqueda de la verdad – o al menos algún reconciliador término medio- sino a la forma como ganar a lo que dé lugar. Es interesante que en el juicio a Mersault pareciera que no se le juzga por la muerte de un individuo sino por ser como es, por su propia vida, por su frialdad e indiferencia. El sistema no lo permite y lo castiga desapareciéndolo.
¿Qué es un extranjero? Se define como extranjero a aquella persona que no forma parte de la comunidad política que se adopta como referencia, también aquél individuo que no es nativo del estado donde reside, o del estado donde se encuentre temporalmente. O el que por nacimiento o naturalización no pertenece al país donde se encuentra- Me preguntaba porque Camus titula El extranjero a su obra. La razón salta a la vista luego de leerla. Mersault no se siente nativo, natural o propio no solamente de Francia o Europa sino de este sistema, como Baudelaire cuando le preguntaron alguna vez en qué lugar quisiera vivir y él respondió: “en cualquier lugar pero fuera de este mundo”. No es el primero ni el último con este sentimiento de no pertenencia. Y hoy por hoy muchas ciudades generan esto en sus habitantes. La alienación y el sin sentido son una constante desde hace varias décadas.






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