Por Manuel Arboccó de los Heros
Psicólogo, profesor y divulgador de temas psicológicos
Dice el Diccionario Oficial de la RAE al respecto de la palabra fantasma lo siguiente: a. Imagen de una persona muerta que, según algunos, se aparece a los vivos (tercera acepción); b. Espantajo o persona disfrazada que sale por la noche para asustar a la gente (cuarta acepción).
Imagen tomada de:
Determinadas personas van por la vida cual fantasmas, sin fuerza, desanimados, moribundos, con fuertes restricciones afectivas y sociales que le impiden participar activamente de su ambiente. El psicoterapeuta Frederick Perls, creador de la llamada terapia gestáltica, decía lo siguiente en un trabajo suyo: “Un neurótico puede ser definido como un individuo incapaz de asumir la completa identidad y responsabilidad de la conducta madura… No puede concebirse a sí mismo como una persona autosuficiente, capaz de movilizar su propio potencial al enfrentarse al mundo” (Perls, 1967, pág. 23). Le cuesta a este tipo de personas, asumir la vida con valentía, humor y decisión; son los que para avanzar se arrastran más no caminan, juegan juegos psicológicos para pasar el tiempo, para intentar soportar lo que consideran insoportable. No han podido encontrar su valía, sus recursos, con los que enfrentar la vida y sus vicisitudes, y construir algo, dejar su aporte, su donación. Asumen y creen en un destino ya establecido y poco feliz que seguramente -ellos lo consideran así- lo merecen; la vida es vista en una paleta de escasos colores donde el gris y el negro predominan. Probablemente, esbozamos una idea psicológica, quienes tenían el deber de acompañarlos en su desarrollo infantil los desprotegieron, los bajonearon, los bloquearon.
El mismo Dr. Perls afirma en otro trabajo suyo que “todas las perturbaciones neuróticas surgen de la incapacidad del individuo por encontrar y mantener el balance adecuado entre él mismo y el resto del mundo. El neurótico es el hombre sobre el cual la sociedad actúa con demasiada fuerza”, dice Perls. (Perls, 1973, pág. 115). Pensamos al leer esto que, de pronto, el llamado psicópata es el hombre que arremete con todo contra esa misma sociedad; no la contempla, más que para sus mezquinos intereses, no la valora, más que para emplearla como mero puente a sus objetivos egoístas. También está peleado con ella, pero a diferencia del fantasma que sufre la vida, que sufre en silencio en su sociedad, el psicópata la hace víctima de su odio, de su propio miedo esta vez convertido en un ataque a priori. Hay psicópatas declarados, temidos, identificados; y hay de los otros, los psicópatas integrados, bien vestidos y perfumados, de sonrisa agradable, aunque falsa, carecen de empatía y desprecian a todos, en especial a los más débiles.
Ni fantasmas ni psicópatas. El ser humano, el ser plenamente humano está más allá. Y merece un próximo artículo.
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Referencias:
Frederick Perls. Terapia de grupo vs terapia individual. 1967. Cuatro Vientos.
Frederick Perls. El enfoque gestáltico y testimonios de terapia. 1973. Cuatro Vientos.
Sobre los tipos psicopáticos tenemos numerosos escritos y figuras humanas bien conocidas, no solo en el campo de la política y de la delincuencia, donde proliferan como un requisito para ser bien sucedidos en sus respectivos oficios. Ya en los años de 1920 el famosos K. Schneider escribió su libro sobre este tipo de personalidades. Describió 10 tipos. Los mas conocidos son el tipo agresivo, el hipertímico, el passivo, etc.
Los autores tem acentuado sus rasgos según sea los postulados de seu enfoque.
En psiconalise los tres factores de la personalidad están modelados de un modo bastante similar: un ELLO impulsivo; um superego permisivo, un yo oscilante entre el descontrol y lo anético.
Enfoques humanista-existenciales acentuan la cuestión de l…