Por Manuel Arboccó de los Heros
Psicólogo, docente
Veamos a un par de personajes muy famosos. Superman es un héroe de la ciudad Metrópolis, habita en la Tierra y se le suele ubicar en los EEUU, salva a las personas en peligro, ayuda a los accidentados y se enfrenta a todos los villanos que aparecen en la ciudad deseando desplegar su maldad. Superman tiene su talón de Aquiles, la krptonita, mineral que anula sus poderes y lo vuelve un mortal común y corriente.
Mientras que el Chapulín Colorado es un héroe latino, mexicano, de estatura baja, algo panzón, más ágil que una lechuga y más fuerte que un ratón. Tiene varias kriptonitas a las cuales temer sin embargo aparece para ayudar. Y esta es una diferencia interesante entre ambos superhéroes. El Chapulín tiene miedo, se asusta, pasa saliva y se le quiebra la voz, ante los malvados, ante los fantasmas, ante las fuerzas contrarias; cosa que el héroe estadounidense no. Chapulín es más real, permite una mayor identificación al ser un tipo de carne y hueso que a pesar de tener poderes algo extraños (se hace pequeñito gracias a unas raras pastillas, tiene una chicharra que paraliza a todos y una antenitas que le advierten del peligro) se acerca más a los verdaderos héroes que arriesgan su vida por la vida de extraños.
Imagen tomada de:
Pensamos en miembros de la policía, el salvataje o los bomberos. Aquí radica su grandeza. Pues a pesar del miedo y el riesgo para sus vidas, al igual que el héroe mexicano, deciden arriesgarse y poner el hombro y a veces el pecho por el débil, por el herido, siendo ellos también débiles. Cosa que no ocurre con el Hombre de Acero quien es todopoderoso. Similar situación a la de Vallejo cuando en uno de sus poemas le recrimina a Dios diciéndole “si hubieras sido hombre, hoy sabrías ser Dios”.
Superman, venido de un lejano planeta y perteneciendo a un linaje especial, es un hombre inmortal y sabemos que no podrá ser fácilmente aniquilado por ningún rival de turno. Por eso el Chapulín Colorado es mucho más heroico en su actuar que Superman, pero claro no factura tanto como el gringo.
Punto aparte, una característica interesante pero triste en todos los superhéroes es la de no poder enamorarse, no pueden amar y mantener una relación estable pues el enemigo oportunista llegará a la mortal pareja y la empleará como objeto para chantajear, doblegar y anular al héroe. Los héroes están condenados a no querer, y esa es su peor condena. Están hechos para la batalla pero no para el amor.
Siempre me pareció interesante la frase "todos podemos ser héroes" ya que no se trata de tener "poderes", sino de afrontar nuestros conflictos, miedos e impedimentos para salir adelante, y hasta con el ejemplo poder ayudar a los demás en lo mismo. Creo que ahí se podría decir que una persona es un heroe.