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Foto del escritorManuel Arboccó de los Heros

EL CEREBRO Y LA LENGUA DE EINSTEIN

Por Manuel Arboccó de los Heros

Escritor, psicólogo y divulgador


1. Su cerebro


Cuenta Barry Parker en su libro Einstein: Pasiones de un científico, que cuando el genio de Albert Einstein (1879-1955) murió (producto de haberle estallado un aneurisma) sus restos fueron cremados y sus cenizas arrojadas presuntamente en el Río Delaware en la costa atlántica de los Estados Unidos. Pero lo único que no fue cremado fue su cerebro y – parece que a espaldas de su familia- el órgano fue conservado para poder ser estudiado por siempre estar asociado al talento y a las capacidades mentales. En una palabra, a lo que somos.


SI bien pudo pensarse que su cerebro debía ser diferente de los demás mortales, Parker que investigó el punto señala que hubo cierta controversia pues se entregaron diversas muestras para realizarse los estudios de aquella época. Recordemos también que las neurociencias en la década de los años cincuenta no se comparaban con los precisos y minuciosos estudios de estos últimos años donde se cuenta con una mayor tecnología que por aquel entonces.


Por ejemplo, cita el autor de esta biografía, la doctora Marion Diamond de la Universidad de California estudió delgadas tajas de su cerebro e informó que era visiblemente diferente; “dijo haber encontrado un número mucho más alto de células gliales (las células que constituyen la estructura del cerebro y que protegen a las neuronas) en la sección del cerebro que suele asociarse más al trabajo matemático, comparado con un cerebro llamémosle promedio o normal” (p. 257). Pero la doctora Lucy Rorke, de Filadelfia, no concordó con esta observación y más bien las tajadas estudiadas parecían bastante normales. Cita Parker “estuvo de acuerdo, sin embargo, en que su cerebro estaba bien conservado para la edad en la que murió Einstein y que no presentaba signos de la enfermedad de Alzheimer” (p. 257). También afirma que otros especialistas han demostrado diferencias en la llamada cisura de Silvio (implicada en el desarrollo lingüístico y auditivo) en la superficie de su cerebro era distinto y que sus lóbulos parietales eran más grandes que en los cerebros comunes.


Si bien esto es por demás interesante no resuelve la pregunta de si Einstein nació con un cerebro diferente o si fue la dedicación, el esfuerzo y la pasión lo que le permitiera un desarrollo extraordinario en su campo. Muy posiblemente los genios como él vienen a este mundo “mejor equipados” cerebralmente y encuentran también un ambiente que –al percatarse de sus talentos y diferencias- los estimulan y apoyan lo necesario para que trabajen y perfeccionen sus destrezas. También es bueno recordar que estudiar el cerebro de un cadáver no es igual que estudiar ese mismo cerebro en una persona viva mientras viene ejecutando diversas tareas, situación que en la actualidad es posible realizar y de hecho se viene haciendo con diversos tipos de personas, genios o no; normales y anormales; gracias a la tecnología neurocientífica de vanguardia.








2. Su lengua


Existe una fotografía muy famosa de Einstein donde se le ve mostrando la lengua a algún fotógrafo que presto lo abordó saliendo de alguna reunión. Se le ha visto impresa en polos, tazas y posters. Pues bien, ¿qué hay de cierta? ¿Fue producto del Photoshop y los trucos fotográficos? Pues resulta que no. La graciosa fotografía es verídica y pertenece al 14 de marzo de 1955 y fue tomada por Arthur Sasse fotógrafo de la agencia de noticias United Press International (Ver nota 1). El científico acababa de salir del Princeton Club, donde había celebrado su cumpleaños número 72 y lo acompañaban Frank Aydelotte, director del Instituto de Estudios Avanzados de EE.UU (donde Einstein trabajaba) y la esposa del director, Marie Jeanette. Quizá cansado del asedio de los reporteros el Premio Nobel de Física de 1921 miró fijamente al fotógrafo y le mostró la lengua a la costumbre de los niños pequeños cuando algo les disgusta.

Pero parece que la fotografía final le gustó mucho al propio Einstein solicitando nueve copias que luego dedicó a algunos pocos amigos.





Referencias:

- Barry Parker (2005). Einstein: Pasiones de un científico. Argentina. El Ateneo.

Nota:

(1) BBC Mundo Ciencia (27/07/2017). La historia de tras de la icónica foto de Albert Einstein con la lengua afuera. https://www.bbc.com/mundo/noticias-40741715


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