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Foto del escritorManuel Arboccó de los Heros

EL HOMO SAPIENS y LAS NEUROCIENCIAS

Por Manuel Arboccó de los Heros

Psicólogo, divulgador y docente




Siempre se nos ha dicho que el hombre es el HOMO SAPIENS, el hombre que sabe, el hombre sabio. Olvidan, los que eso dicen, que el hombre por naturaleza (y por cronología evolutiva) primero siente, luego piensa. Es un “hombre sentidor”, emocional antes que pensante. Lo vemos tanto en la historia de la humanidad como en el desarrollo ontogenético de cada ser humano. Primero se siente (miedo, alegría, cólera, dolor) y luego irán apareciendo los procesos cognitivos superiores como la imaginación, el análisis, la deducción y la razón.



Si vemos esto desde las neurociencias, campo en un feliz desarrollo, éstas nos han informado de los distintos cerebros que tenemos. Paul Mac Lean, famoso neurólogo norteamericano, nos notició del cerebro trino (o triuno) conformado por el cerebro reptil, que regula los elementos básicos de supervivencia; el cerebro paleomamífero, que comprende el sistema límbico y resultado de ello son las experiencias emocionales y el cerebro neomamífero, la neocorteza que nos permite la interpretación de lo acontecido y la toma de decisiones pensadas. Los mamíferos inferiores tiene sólo los cerebros paleomamífero y reptil. Todos los demás vertebrados tienen sólo el cerebro reptil. El ser humano tiene los tres.




Médico y neurocientífico Paul MacLean (1913-2007). Imagen tomada de la web.



Investigaciones hechas en laboratorios demuestran que las zonas más ligadas a la humanidad y al comportamiento civilizado tienen relación directa con el lóbulo frontal, encargado del juicio, el control de impulsos y la planificación, entre otras funciones, y estas zonas aparecen activadas mayormente a medida que crecemos; por el contrario en el niño y en el adolescente hay un predominio de zonas límbicas. Dato adicional, han aparecido estudios que documentan haber encontrado que en el cerebro de asesinos en serie, personas autistas y en esquizofrénicos hay daños en zonas frontales y pre frontales.



Imagen que nos recuerda la teoría del cerebro trino (o triuno o tripartito) de Pal MacLean.



El hecho de crecer, aprender, socializar y madurar guarda una relación con el buen desempeño cerebral y en especial con las zonas del neocórtex. Asimismo se está investigando como la violencia verbal y psicológica estarían retrasando el desarrollo normal de nuestro cerebro durante la infancia. Tiene mucho sentido, ya que infantes y niños así lastimados tienen luego dificultades para el autocontrol, el desarrollo social, el aprendizaje y el equilibrio emocional. Las neurociencias dan luz en el interesante y complejo mundo psicológico.


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