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EL SENTIDO DE LA VIDA

  • Foto del escritor: Manuel Arboccó de los Heros
    Manuel Arboccó de los Heros
  • 18 jul
  • 3 Min. de lectura

Por Manuel Arboccó de los Heros

Psicoterapeuta, escritor y docente universitario



 

El psiquiatra y psicólogo Viktor Frankl al hablar de su sistema terapéutico –la logoterapia- nos recuerda que para  ella la primera fuerza motivadora del hombre es la lucha por encontrar un sentido a su propia vida. La logoterapia es pues una psicología de la esperanza, de la actitud, de la lucha por la vida misma, de la no derrota, del seguir caprichosamente enamorado de la vida. Hablo de ella porque veo en estos tiempos que nos tocan vivir una creciente proliferación de incertidumbre, desesperanza, vacíos y sinsentidos, que traen las personas al consultorio.



Es oportuno recordar que no todos los conflictos son necesariamente neuróticos y a veces es necesario y normal cierta dosis de conflictividad, ciertas crisis como ya mencionaba Erik Erikson décadas atrás. Claro, no puedo estar siempre satisfecho con lo que hago, con lo que me pasa, con lo que he decidido. Ciertas crisis son una oportunidad para volver a elegir, para dirigirme a lo que necesito y me construye. Dice Frankl: “lo que el hombre realmente necesita no es vivir sin tensiones, sino esforzarse y luchar por una meta que le merezca la pena”. Esta sola frase me invita a buscar lo que necesito, lo que amo, por ejemplo estudiar algo, trabajar en lo que me gusta, rodearme de la gente que aprecio, dedicar el tiempo a lo que me apasiona, me interesa, me alegra. En una palabra, estar abierto a captar lo valioso que hay allá afuera.




Un joven Viktor Frankl en 1932. Cortesía de la página: https://compasdeideas.substack.com/p/como-viktor-frankl-transformo-el
Un joven Viktor Frankl en 1932. Cortesía de la página: https://compasdeideas.substack.com/p/como-viktor-frankl-transformo-el


Ante la pregunta del por qué hay vacío existencial en las personas, el psiquiatra Frankl señala que a diferencia de los animales que "saben" lo que tienen que hacer por imperativos biológicos deterministas y a diferencia del hombre del pasado que estaba rodeado de mitos, tradiciones, costumbres y destinos ya trazados, el hombre moderno no tiene nada parecido: no tiene un mandato biológicos además que viene perdiendo esos rituales, tradiciones y designios en los que antes se pensaba. Hoy, el hombre tiene "un exceso de libertad" que muchas veces termina confundiéndolo, desorientándolo. Además de influencias cada vez más variadas y (entiéndase publicidad, ideologías y el impacto de los ahora llamados "influencers").



Para la logoterapia el hombre no está totalmente condicionado ni determinado. Hay un margen para la libertad, las decisiones, la responsabilidad. Ni los genes, ni la herencia, ni lo aprendido, ni los condicionamientos son determinantes gracias a que tenemos la capacidad de consciencia, la capacidad de pensar, de “autodistanciarme”, de elegir y de trascender también, esto es lo que algunos psicoterapeutas conocen como las capacidades de la dimensión espiritual humana.





Líneas arriba recordaba esa frase de Frankl de que el hombre necesita vivir con tensión pero sintiendo que la meta vale la pena; todo este esfuerzo, dolor, tensión o sufrimiento, me sirve para algo, me permite algo, le doy algún significado. Cuando esto carece, cuando ya no le hallo sentido a lo que hago, la vida pierde sabor, pierde atracción, se pierde como lo que es: una posibilidad.



Quiero terminar con una frase del poeta César Calvo que me gusta repetir para mí, mis amigos, pacientes y alumnos: “La vida es siempre hermosa, a pesar de la vida”. 





Manuel Arboccó de los Heros (2024)

 
 
 

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