Por Manuel Arboccó de los Heros
Psicólogo-escritor
John Katzenbach, escritor y periodista estadounidense, nos dice en su novela El psicoanalista lo siguiente: “¿Existe alguien absolutamente fiable? ¿Hay alguna relación carente de peligro? ¿No nos lastiman aquellos a quienes amamos y respetamos más que aquellos a quienes odiamos y tememos?".
Es mucho más probable que la frustración y el dolor ocurran cuando la falta o el daño provienen de aquellos de los que más esperamos o en los que más hemos confiado. Es obvio que esperamos mucho más de ciertas personas –sean familiares o amigos- e igualmente nos entregamos más –cuando lo hacemos- con algunos que con otros. Pero ¿qué ocurre cuando el favor no es devuelto? ¿cuándo la traición viene del que pensábamos jamás podría hacer algo así? ¿cuándo la puñalada llega del que jamás lo pensaste posible?
Ciertamente no sufrimos demasiado cuando la falta viene de un desconocido que no significa gran cosa, pero cuando llega de la amada, del amigo, del progenitor o del hijo, la experiencia suele ser debilitante y hasta desmoralizadora, cuando no corrosiva.
Pero a pesar de saber que, como consulta el protagonista de la novela de Katzenbach, no hay relación carente de peligro, eso no nos detiene a la hora de cercarnos al otro y de formar amistades o relaciones de pareja. Cuando alguien señala que “es mejor nunca confiar en nadie” solo refleja un empobrecimiento emocional y social, es el convencimiento en una afirmación que le impide y le impedirá vincularse satisfactoriamente con los demás. Por ejemplo, si una madre o un padre, en su intención de proteger de todo dolor a su hija (intento vano claro está) le enseña eso mismo, pues la está condenando a no poder amar, pues quien ama, confía. Y al ingresar así la niña, en una relación cualquiera sin un mínimo de confianza, este vínculo no podrá culminar en una buena amistad o en una relación amorosa valedera y plena.
Imagen tomada de: https://www.google.com.pe/search?hl=es-419&biw=1366&bih=608&tbm=isch&sa=1&ei=Gqg_XOXMOqmyggf60Tw&q=katzenbach+y+el+psicoanalista&oq=katzenbach+y+el+psicoanalista&gs_l=img.3...257856.264022..264189...0.0..0.90.1617.29......0....1..gws-wiz-img.....0..0j0i67j0i30j0i5i10i30j0i24.XZELyTChvhY#imgrc=Zz107vSK5ioAcM:
Es preciso recordar que toda relación humana genera una inversión, sea de tiempo, paciencia, escucha, esfuerzo y ayuda. Iniciarla con esas preguntas en la cabeza (las del protagonista de la novela) bien puede desanimarnos a continuar en ella. Por eso, a pesar de que no sabemos si esta amistad perdurará con los años, a pesar de no tener seguridad que esta relación de pareja proseguirá para toda la vida –y sin estar seguro que él o ella me será leal-, a pesar de eso insistimos, no nos rendimos, no dejamos de creer, no claudicamos en nuestro deseo de poder conseguir un encuentro humano, un vínculo imperecedero.
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