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Foto del escritorManuel Arboccó de los Heros

LA GENTE BUENA ES INVISIBLE HOY

Por Manuel Arboccó de los Heros

Psicólogo clínico, ensayista


Los medios de comunicación nacional, en especial la televisión, suelen brindarnos durante la primera hora de la mañana lo peor del ser humano, el lado más maligno, salvaje, brutal de nuestra especie. Los noticieros matutinos nos dan de desayunar básicamente asesinatos, asaltos, accidentes graves, violaciones y golpizas brutales con una naturalidad tal que, efectivamente, podemos llegar a considerar al ser humano como la especie más malvada y egoísta de la Tierra. Parecen confirmarnos eso de que el hombre es el lobo del hombre. Solemos pensar que esta forma de seleccionar y ofrecer noticias no hace más que enmierdar el alma de la gente. Y que se nos disculpe por el verbo.


Parece que la sensibilidad, el buen gusto y el balance escasean de los noticieros y hay muy poco espacio para la obra de caridad, para el estudiante galardonado, el deportista medallero o el policía honesto, para el médico empático o el docente capacitado y sacrificado. Eso no vende, no hay espacio ni mostración.


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Si se fijan bien, es casi el mismo esquema en casi todos los canales. Los noticieros nos abren la mañana -y nos acompañan por la noche, vaya forma de ir a dormir- siempre entregando primero los atracos, extorsiones, actos de corrupción, crímenes e injusticias durante la primera parte de su edición; luego todo lo protervo va acompañado por un buen tiempo para la farándula (trivialidades, tonterías), algo de deporte (también trivializado como una prolongación de los espectáculos) y para finalizar algunas noticias pintorescas que no pasan de ser anécdotas insignificantes al puro estilo de “vea el gato que saluda a su dueño”, “hombre se baña en aguas heladas del río tal” o “sensacional perro que usa patines sorprende al mundo”. Razón tenía Noam Chomsky, mente ilustrada, cuando decía que los medios mantenían al público distraído, “lejos de los verdaderos problemas sociales, cautivada (la gente) por temas sin importancia real. Mantener al público ocupado, ocupado, ocupado, sin ningún tiempo para pensar; de vuelta a la granja como los otros animales…” (Arboccó y O’Brien, 2012, pág. 48).


Pues bien, esta es la realidad televisiva nacional, pero olvidan los que así nos (des)informan que hay mucha gente buena en el país. Hay personas nobles, decentes, honradas, que intentan hacer las cosas bien, gente trabajadora, sacrificada que, a pesar de las dificultades e injusticias vistas por todos, no hacen pactos con lo inmoral, sino que siguen para adelante y hasta buscando ser agentes de cambio. ¿Por qué estos noticieros no asumen un compromiso nacional para mostrar situaciones más positivas, casos de compatriotas que trabajan honradamente, estudiantes que aman su carrera, deportistas que creen en el fair play y consiguen triunfos a puro esfuerzo, empresarios decentes y médicos amables? ¿Por qué tanta atracción por el dolor y la zozobra? Hay gente muy buena en el país, pero es invisible en los medios, más espacio tienen el dolor, el crimen, el escándalo, la parodia del éxito postmoderno y las tonterías de los realities.


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Referencia:

- Arboccó, M. y O’Brien, J. (2012). Impacto de la televisión basura en la mente y la conducta de niños y adolescentes. Avances en Psicología, 2, 43-57. Lima: Universidad Femenina del Sagrado Corazón.

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