Por Manuel Arboccó de los Heros
Psicólogo, docente universitario y divulgador de temas psicológicos
Nunca antes el ser humano había producido tanta basura como en los últimos cincuenta años. Y esto ocurre porque desde el siglo pasado vivimos una época donde se producen muchas cosas, las cuales deben renovarse continuamente. El mercado está hecho para que el tiempo de caducidad de las cosas (muebles, aparatos de telefonía, computadoras, TV, prendas) sea corto. Así, por más que cuidemos nuestras pertenencias, vamos a tener que renovarlas al ser sus repuestos muy costosos o inexistentes. Inclusive la recomendación del técnico experto es “mejor compre otro equipo”.
Y de esta manera entramos en una sociedad de lo descartable. La pregunta es si no solamente descartamos objetos sino también estamos acostumbrándonos a relacionarnos así ya no solo con las cosas sino con las personas, con las instituciones, con los trabajos. Hay algunos lugares del planeta donde los matrimonios duran menos de seis meses.
Fotografía: Contaminación: el rastro del plástico en el mar peruano. Imagen tomada de: https://elcomercio.pe/lima/sucesos/contaminacion-rastro-plastico-mar-noticia-512417-noticia/
La filósofa y profesora de la Universidad de Sao Paulo, Olgária Matos, precisa lo siguiente “hoy existe un reemplazo muy rápido en el ámbito de las relaciones amorosas, e incluso las relaciones profesionales están fragmentadas. Ya no se trata más de “el” empleo de toda la vida. Todo eso tiene que ver con la cultura del exceso, de la caducidad, que esclaviza las personas”. En la cultura de la caducidad, estamos atrapados en una perenne renovación de las cosas y de las relaciones.
Esto nos recuerda las reflexiones del periodista y escritor uruguayo Marciano Durán al respecto: "lo que pasa es que no consigo cambiar el equipo de música una vez por año, el celular cada tres meses o el monitor de la computadora todas las navidades. Es que vengo de un tiempo en el que las cosas se compraban para toda la vida. Es más ¡Se compraban para la vida de los que venían después! La gente heredaba relojes de pared, juegos de copas, vajillas y hasta palanganas. Hoy todo se tira, todo se desecha y, mientras tanto, producimos más y más y más basura." ¿Será que cuando las cosas se consiguen fácilmente, no se valoran y se vuelven desechables con la misma facilidad con la que se consiguieron?
La sociedad contemporánea que nos toca vivir -productora, consumista, mediática y tecnocrática- está definida por la presencia de lo descartable y a corto plazo. Hoy nada dura, ni una refrigeradora, ni un romance. Y eso es penoso, nos resta como seres humanos. Pero así están las cosas y esto no es negativismo ni fatalismo, es realismo. Y esta es la sociedad que le estamos dando como modelo y en herencia a los más pequeños, así les enseñamos a ser compradores obsesivos, materialistas, engreídos, rápidamente frustrados y con muy poco compromiso por las cosas y quizá con las personas.
DATO: Hasta hace tan solo unos años, China y la India eran los destinos preferidos para el envío del 70% de la basura tecnológica. Después, Occidente trasladó el vertedero a África (Ghana). Aunque la exportación de residuos electrónicos es ilegal en la UE, la Agencia de Protección Ambiental Estadounidense lo clasifica como "reciclaje legítimo" (Fuente: https://www.taringa.net/posts/offtopic/20082476/Ghana-el-vertedero-de-basura-electronica.html)
Comments