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Foto del escritorManuel Arboccó de los Heros

RESEÑA DEL LIBRO "LA FASCINANTE HISTORIA DEL PATASECA" DE ZICO YACILA

Por Manuel Arboccó de los Heros

Escritor y profesor de Psicología




Título: LA FASCINANTE HISTORIA DEL PATASECA

Autor: Zico Yacila

Editorial: Vicio perpetuo, vicio perfecto

Año: 2024


“Lamentablemente, la mayoría de los seres humanos nos pasamos casi toda la vida observando los errores de los demás, sin contemplar ni reflexionar por el origen de los mismos que, normalmente, son sufrimientos internos muy arraigados que llevamos con nosotros. Si tuviéramos esa capacidad de ver y escrutar el dolor profundo, nuestra actitud hacia las personas sería diferente” (pág. 46)



La novela LA FASCINANTE HISTORIA DEL PATASECA de Zico Yacila es la historia de una redención y de un reencuentro con la figura paterna. Con un aire metafísico en este relato mágico y sobrenatural el protagonista se reencuentra con el pasado de su padre y nos lleva por un viaje retrospectivo mientras nos ubica en el norte del país, en la ciudad de Tumbes específicamente. Cuando Ziquito conoce en la playa Los Pinos al Cote Murillo nunca imaginaría que esas horas de interesante conversación le permitirían viajar imaginariamente al pasado y conocer la vida de su padre, Don Alejo, o simplemente el “Pataseca” apodo con el que fue conocido por medio mundo durante sus años juveniles.




Portada de la novela comentada




Estoy convencido que las personas comprenden mejor a sus padres a medida que van haciéndose mayores. Los rencores o cuestionamientos infantiles o adolescentes ceden paso a una necesaria y hasta inquietante búsqueda de las razones por las cuales los progenitores son como son, o sería mejor decir son como los recordamos, que no es lo mismo. Pero es imposible iniciar la comprensión de una persona sin contar con los pormenores, las experiencias, los dolores, excesos, caídas, así como sueños, alegrías y pequeños triunfos que la vida nos genera a todos. El Sr. Cote, fantasmal aparición, recorre sus pasos y encuentra a Ziquito -quien nos cuenta la historia- y en pocos minutos lo sumerge en una lista de peripecias donde El Pataseca es el personaje principal. Es clara la admiración y cariño que siente por él y deja a Ziquito entre sorprendido, curioso y por momentos incrédulo de la vida y vaivenes del susodicho. Dificultades familiares, frustraciones, adicción al alcohol y cierta pesadez existencial empiezan a ser entendidas dentro del contexto narrado con mucha precisión, y hasta devoción, por el amigo fiel de los años mozos.



De regreso a casa, y tras una visita a su padre ya mayor y enfermo, entiende que la historia del Pataseca escuchada en su viaje es la de su padre y que el narrador – el Sr. Cote- había fallecido hacía tiempo atrás. Lo que para otro podría ser motivo de terror y de conmoción para el protagonista es una vivencia aleccionadora, que le permite dimensionar más correctamente a su padre y despedirse de él, llegado el momento de la muerte, en paz y mucho más cercanamente que antes. Saber la historia de papá es, de alguna forma también, saber de dónde venimos y hasta saber así hacia dónde vamos y por qué vamos.



Siempre recomendamos la lectura, y cuando nos encontramos en el camino un trabajo nacional, lo recomendamos doblemente y no por ser chauvinistas sino porque escribir, publicar y ser leído en nuestro país es posiblemente muy difícil. Además, la obra de Zico Yacila es entretenida y nos sirve a todos, los que también tenemos que reencontrarnos con nuestra historia familiar.



Y precisamente para finalizar estos breves comentarios compartimos una cita que nos parecen aleccionadora:


“Tenia que encontrarme definitivamente con la oportuna presencia de este señor Cote, la cual fue esclarecedora en esas alturas de mi existencia. A través de su exégesis, su admiración hacia el Pataseca y el dolor profundo que cargaba por una vida marcada por el alcohol, pude apreciar a mi señor padre desde otra perspectiva; ya no con el dolor y la angustia de la infancia y la adolescencia, ni con la impresión y soberbia de la juventud; sino, verlo en toda su plenitud como el gran hombre que se me dio como progenitor, como el gran narrador de cuentos e historias, como el dueño de una imaginación envidiable, de una inteligencia relevante, preocupado por la salud de los suyos, portador de un talento sin igual para la música y gran responsabilidad para el trabajo y obstinado por la puntualidad, entre otras cualidades. Además, supo reponerse de la adversidad y ha demostrado una gran resiliencia a pesar de la vida difícil que le tocó afrontar. (pág. 46).

 

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