Por Manuel Arboccó de los Heros
Psicólogo, profesor y divulgador
En el libro titulado Superficiales: ¿Qué está haciendo internet con nuestras mentes? (2016, Cuarta Edición, Editorial Taurus) el periodista y escritor estadounidense Nicholas Carr nos invita a reflexionar sobre el impacto que la internet y las redes están generando en nuestra actividad psicológica intelectual. El trabajo cuenta con una serie de estudios debidamente citados de neurocientíficos, psicólogos y otros expertos que vienen registrando una serie de modificaciones a la hora de procesar la información y de trabajar sobre todo en materia educativa. Incluso, al inicio del texto nos hace una declaración de cómo él mismo ha visto decaer su atención a la hora de leer y ha visto disminuir la cantidad de páginas que puede revisar sin distraerse y querer buscar el celular o alguna pantalla para conectarse a la web recordando que la lectura profunda hoy se ha vuelto un gran esfuerzo. Incluso cada vez les cuesta más a los padres y a los docentes motivar a los niños y jóvenes a disfrutar de los libros; además señala que no solo el contenido que se nos ofrece es distinto hoy sino que la web ha modificado la forma de procesar la información, es decir el modo cómo pensamos va cambiando.
Portada del libro Superficiales: ¿Qué está haciendo con nuestras mentes?
Un antiguo proverbio chino señalaba que si no leemos tres días nuestras palabras sonarán insípidas, pero hoy se lee poco y mal. Todo el tiempo andamos conectados a los equipos y las redes y en su mayor parte frente a contenidos ligeros cuando no insignificantes (el Tik tok por ejemplo). Carr afirma que las nuevas tecnologías rigen la producción y el consumo así como nuestros nuevos hábitos quienes van moldeando nuestra psique. Todo el tiempo andamos conectados pero la atención es cada vez menos sostenida (p. 115), algunos estudios publicados confirman la disminución atencional de niños y adolescentes.
La lectura corta, rápida y ligera conlleva a un pensamiento superficial, de ahí el nombre del libro: SUPERFICIALES. Conclusión que coincide con la del neurocientífico francés Michel Desmurget autor del libro “La fábrica de cretinos digitales” (1) quien encontró noticias poco alentadoras sobre el efecto de los dispositivos digitales en las nuevas generaciones. El mismo título de la obra nos invita a la hipótesis de Carr. Llegan noticas desde su país que ya proponen revisar los programas escolares ante “evidente retroceso educativo” (2).
Fotografía de Nicholas Carr. Tomada de la web.
Nicholas Carr nos recuerda al pensador Erasmo de Rotterdam quien sugería a sus discípulos leer y llevar un cuaderno de apuntes y memorizar lo más importante. Pero hoy la memoria está de vacaciones. ¿Para qué memorizar? pregunta Carr (p. 220). Lamentablemente ahora memorizar algo es una pérdida de tiempo, hemos confiado nuestra memoria a los aplicativos, la mente no quiere esforzarse, basta recurrir al Google o a Wikipedia para encontrar los datos faltantes. Los escolares e incluso los universitarios buscan rápidamente en la web los resúmenes de las obras entregadas para su lectura y se contentan con el resumen y mientras más breve éste sea, mejor. Y nos animamos a sugerir algo más, hoy ya casi no es necesario leer, ni saber, ni tener mayor cultura. Nuestra sociedad digital nos conduce a conseguir otras habilidades, otras competencias donde la cultura enciclopédica, el buen análisis y la palabra bien dicha o escrita con belleza son prescindibles. Efectivamente las tecnologías rigen no solo la producción y los contenidos sino los nuevos hábitos y las nuevas necesidades de este ser humano posmoderno. El sociólogo Sartori ya nos decía hace años con relación a la Tv que ésta “modifica y empobrece el aparato cognoscitivo del homo sapiens” (3).
Portada del libro de Sartori: HOMO VIDENS. La sociedad teledirigida.
Si bien el libro de Nicholas Carr nos alerta de las deficiencias cognitivas que el uso desmedido y torpe de las redes genera (menor atención, memoria disminuida, pobre vocabulario, lentitud para el cálculo numérico mental) plantea la posibilidad que ciertas tareas del tipo viso espacial, motricidad fina y diseño puedan ir desarrollándose en mayor medida, ciertamente es lo que más estimulan las redes y los aplicativos. Recomendamos la lectura de la obra de Carr.
Referencias:
(3) Sartori, G. (2004). Homo videns, la sociedad teledirigida. España: Editorial Taurus.
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