Por Manuel Arboccó de los Heros
"Las redes sociales le dan el derecho de hablar a legiones de idiotas que primero hablaban sólo en el bar después de un vaso de vino, sin dañar a la comunidad. Ellos eran silenciados rápidamente y ahora tienen el mismo derecho a hablar que un premio Nobel. Es la invasión de los idiotas"
Umberto Eco
Opinamos sin miramientos de todo. Y todos asumimos que aquello que decimos, señalamos o afirmamos es verdadero, atinado, oportuno, simpático e incluso útil. Nada más lejos de la realidad. Y con las redes virtuales que hoy existen esto ha llegado a niveles de ridiculez y hasta de espanto.
Así, el eunuco critica al actor porno; el enano reprueba al coloso jugador de la NBA; el tipo con parkinson avanzado reprende la puntería del francotirador y la abortera clandestina lanza sus dardos a la madre que se equivoca en la crianza de sus retoños.
Opinamos, por ejemplo, de dietas sin ser médicos ni nutricionistas y sugerimos cocteles de palta, papaya y jengibre y si no resulta a tomar agua e ir a la botica por un antiemético y algo que alivie los gases. Nos creemos expertos en fútbol sin haber hecho nunca un gol de tiro libre en un campeonato o al menos haberlo jugado decentemente con los amigos; incluso criticamos a los Messi, a los Neymar y a los Guardiola.
Aseveramos de política sin tener la menor idea de gestión pública ni mayor formación partidaria. Afirmamos sobre el comportamiento humano sin ser psicólogos o psiquiatras pero asumiendo una gran autoridad por haber escuchado al gurú de la tv o haber hojeado en la cola del supermercado el último libro de autoayuda.
Dictaminamos por supuesto sobre economía y cómo debería llevarse ésta en el país sin conocer a profundidad las leyes del mercado, la banca y los negocios. Opinamos de literatura siendo casi iletrados, quizá confiados por haber leído dos libros al año y así superar el bajísimo promedio anual poblacional. También hablamos de ciencias, no teniendo mayor conocimiento de epistemología e investigación, y asumimos que todo lo que sale en el Facebook ofrecido como científicamente comprobado es una verdad intocable.
Imagen tomada de la web: https://www.facebook.com/festivalesgt/photos/a.666213593498949/2749459461841008/?type=3
Comentamos de arte cuando nuestra mayor experiencia estética ha sido asistir al concierto de la cantante de moda, exitosa porque la empresa disquera la ha posicionado muy bien. También hablamos de filosofía y de moral, sin poseer mayor respaldo argumentativo de teoría ética ni haber revisado nuestras propias contradicciones humanas. Criticamos pues, a diestra y siniestra, aunque nuestra consciencia se sonroje y nuestro inconsciente se doble de risa.
Colofón: También en este texto estamos opinando de los que opinan y todo lo anteriormente dicho probablemente a todos ellos les vale poco, o muy poco o nada pero igual yo opino porque –como diría la masa inmensa- tengo Facebook, Twitter y Tik tok, y tengo derecho a decir lo que me venga en gana o creo tenerlo que en la posmodernidad es lo mismo.
Y me vale madre el resto. Y como diría mi nieta en su facebook, si no piensan como yo, muéranse.
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