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Foto del escritorManuel Arboccó de los Heros

¿UNA PALOMA SUPERSTICIOSA?

Por Manuel Arboccó de los Heros

Psicólogo, psicoterapeuta y articulista



El psicólogo estadounidense Burrhus Frederic Skinner, o simplemente B.F. Skinner (1904-1990) fue muy conocido por sus trabajos experimentales con animales en laboratorios de Psicología, en especial con palomas y ratas. El concepto de “reforzamiento de conductas” deviene de su propuesta conocida como la teoría del condicionamiento operante, según la cual toda conducta que va seguida de una situación reforzadora para el organismo tiende a aumentar su probabilidad de volver a ocurrir, y de darse nuevamente y ser reforzada tiende a quedarse como parte del repertorio de conductas del animal, y vale lo mismo -según los psicólogos conductistas- para el caso de los seres humanos.


Así, siguiendo esta teoría, cuando un niño se comporta “de manera graciosa” (aunque "habría que definir operacionalmente esta expresión general" diría un psicólogo conductista) y las personas que lo acompañan se ríen, esta risa funciona como un reforzador (de tipo positivo) de lo que se considera gracioso en ese contexto y para esos sujetos. Pero, de la misma manera, si un niño dice palabrotas y nadie lo aprueba y hasta consigue una consecuencia desagradable luego de hacerlo (por ejemplo, como castigo pierde su derecho a salir al recreo en el colegio o se le quita su propina semanal en casa), esta conducta –la de proferir lisuras- tiende a disminuir y quizá, hasta extinguirse. En resumidas cuentas, las consecuencias de las propias conductas funcionarían como refuerzos o como castigos y eso haría que la conducta se fortalezca o tienda a desaparecer.


Esta teoría, dicho de paso, ha sido continuada por los trabajos de psicólogos posteriores a Skinner quienes han buscado aplicaciones diversas (para la modificación de conductas) y tiene amplias posibilidades de explicar -sino todas- muchas conductas humanas, tanto de las llamadas normales como de las patológicas.

Ahora, él vio que sus palomas, tendían a repetir conductas que iban seguidas de cerca por un reforzador (comida en este caso). En un famoso experimento a fines de la década de los cuarenta colocó unas palomas en una jaulas con unos comederos y no había nada que pudieran hacer para conseguir alimento, pero a intervalos aleatorios, Skinner dejaba caer unos cuantos granos de comida sin importar lo que hacía en ese momento el ave y comprobó que el animal tendía a repetir cualquier conducta realizada muy poco antes de encontrarse con el alimento en la caja, así observó a cada una pararse en una pata o sacudir las alas o mover el cuello. Se había creado una suerte de “conducta supersticiosa” en el animal. En el lenguaje del psicólogo B.F. Skinner, la entrega al azar (fortuita) del estímulo reforzador daba como resultado esta conducta “supersticiosa” en el ave. Él pensaba que algo parecido ocurría en la gente supersticiosa que une o junta dos o más eventos al posible éxito o fracaso de un juego o tarea y como algunas veces el que participa gana o triunfa, esto mantiene el ritual. Unas pocas repeticiones bastarían incluso para conseguirlo. ¿Qué les parece?



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